Por mucho que los influencias tengan un trozo de tarta cada vez más grande, las redes sociales sigan viendo su inversión publicitaria crecer y cada vez sea más normal escuchar términos como story, podcast, reels o newsletter, hay un porcentaje elevadísimo de la población que sigue dando una gran importancia al que durante décadas ha sido el formato estrella para informarse, entretenerse y anunciarse: la televisión. Y, en ese reino, la corona tiene nombre: El Hormiguero.

El Hormiguero va camino de 15 años en el aire y sigue más en forma que nunca gracias a un valor supremo del que siempre ha hecho gala: su versatilidad. Porque Pablo Motos, filias y fobias aparte, ha conseguido que su programa -prácticamente diario- sea el hombre de las mil caras. No importa quién haya al otro lado de la pantalla: hay un programa de El Hormiguero para cada tipo de espectador, busque lo que busque.

Habitualmente, el tono en el que se emite el programa de cada día tiene como denominador común el humor, aunque el registro se adapta en función de una variable importante: la persona invitada a ser entrevistada por Pablo Motos. Esa elección moldea los registros que se utilizan, el tipo de espectador que atraen -más allá de su inmensa masa fija de audiencia- y los medios que se hacen eco del programa al día siguiente. Estas son la cuatro caras de El Hormiguero:

Programa de actualidad

Quizá sea la menos habitual, pero también aparece, sobre todo antes de las elecciones. De hecho, antes de los últimos comicios, fue muy sonada la polémica del programa con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, por -según afirmó Pablo Motos- no haber siquiera respondido a las solicitudes de entrevistas, cuando el resto de candidatos de los principales partidos políticos pasaron por el plató de Antena 3. Cada vez que un cargo político pasa por el programa deja titulares jugosos de los que muchos periódicos se hacen eco rápidamente.

Cotilleo puro y duro

No todo es actualidad y política en El Hormiguero, ni mucho menos. Nombres como Paquirrín, Tamara Falcó y muchas otras caras conocidas de la farándula televisiva se dejan caer esporádicamente por el programa que dirige Pablo Motos, al igual que con los políticos, provocando un sinfín de reacciones de terceros medios con titulares llenos de salsa. Aunque El Hormiguero no es ni de cerca prensa rosa, ni tertulia de famoseos, tienen una relación relativamente estrecha y sus caminos se cruzan en más de una ocasión.

Entretenimiento en vena

El Hormiguero es muchas cosas, pero una por encima de todas las demás: show business. Cantantes, actores, actrices y estrellas de todo tipo, nacionales e internacionales, pasan por el plató a la mínima ocasión, tengan o no algo que promocionar, solo por el buen rato que pasan. Entre los ilustres Trancas y Barrancas, los experimentos científicos y las mil y una secciones que se inventan, y que varían cada temporada, pocos programas tienen una dinámica tan fluida y que consiga atraer a tantos millones de personas cada día… y que, tras 15 temporadas, siguen sin cansarse.

Publicidad interna y externa

Da igual que sea política, cotilleos, promoción de una película o de un nuevo disco. Quien pasa por el Hormiguero lo hace por un motivo: el escaparate que supone. Es una plataforma publicitaria impagable, por lo que además de invitar a estrellas a lucirse, Antena 3 aprovecha el filón para promocionar contenidos de su propia cadena. No hay serie, película o programa de producción propia de Atresmedia que no tenga su entrevista con protagonistas y su espacio en El Hormiguero: branded content corporativo. 

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