Comunicación corporativa navideña
Comunicación corporativa navideña

El año 2020 pasará a la historia como uno de los más disruptivos en muchas décadas a la redonda. La inmensa mayoría de reglas establecidas ha salido volando por los aires: lo que hacíamos antes puede no valer, debemos aprender cosas nuevas y cada pequeño detalle cuenta. Esto es aplicable a muchos ámbitos, pero por supuesto también para tu marca. Hay ciertas claves que debes tener en cuenta en tu comunicación corporativa navideña en esta atípica campaña.

Para bien o para mal, todo ha cambiado. Para bien, porque la nueva normalidad ayudará a que dejemos de ver a las marcas publicitarse una y otra vez con campañas prácticamente idénticas. Para mal, por motivos evidentes: la crisis sanitaria ha tenido un precio altísimo. Pero cada crisis trae sus oportunidades, y la comunicación corporativa navideña es la forma de tratar de surfear esta ola y llegar a puerto seguro. Aquí van nuestras cinco claves:

No le des la espalda al contexto. Es de perogrullo, pero hay que decirlo igualmente. La comunicación es un espejo de la realidad, por lo que no podemos volver a las campañas de Navidad clásicas como si nada hubiera pasado. Han pasado muchas cosas. Y cada acción que emprendamos debe tener en cuenta el nuevo escenario en el que nos encontramos.

Apuesta por el lado humano. Ahora más que nunca. No es mejor momento económico de muchas familias, y por supuesto tampoco de las empresas, pero eso no implica que debamos tratar de buscar atajos con mensajes más comerciales y directos. Buscar ese factor de empatía y de valores con el que quien está al otro lado pueda sentirse identificado. A largo plazo, los valores son más rentables que las ventas.

Aprovecha tu altavoz. Para concienciar ya están las instituciones y para difundir mensajes happyflower tenemos un ejército de influencers. Pero las empresas también tenemos nuestro altavoz, a diferentes escalas, y eso supone una responsabilidad. No significa estar recordando a la gente que se ponga la mascarilla, sino apelar a la responsabilidad individual y corporativa y tener en cuenta que aquello que digamos tiene una trascendencia superior a lo que pensamos. 

Busca el lado positivo. De nuevo, el papel de las empresas y su comunicación corporativa navideña no es el de concienciar. Pero Campofrío, por ejemplo, lleva años entendiendo bien su papel, y este año se pone más de relieve que nunca. Cada pequeño gesto o brote verde puede ayudar a subir el ánimo de las personas, y ver el vaso medio lleno es importante para ello. 

Sal de la caja. 2020 te lo ha puesto en bandeja. Hay un escenario apropiado para tirarse a la piscina y apostar por la creatividad y la diferenciación, lanzarse con enfoques y mensajes que otros años serían excesivamente chocantes y aprovechar la convulsión generalizada para mostrar ese lado de tu marca que siempre ha estado ahí pero nunca te habías atrevido a sacar. 

La comunicación corporativa navideña es un filón. Un momento del año en el que la gente tiene otros ojos para todo, un contexto en el que nadie sabe qué esperarse y una campaña en la que incluso aquellas personas y empresas que pasan un mal momento se lanzan con inversiones atrevidas.

Y recuerda, si necesitas ayuda o delegar funciones, siempre puedes acudir a una agencia de comunicación para que sus profesionales se encarguen de sacar el mejor partido a tu propuesta de valor y difundirla en los canales adecuados para llegar a tu público objetivo.

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