Branding para empresas
Branding para empresas

La percepción que cualquier persona tiene de nosotros a nivel empresarial depende de un cúmulo de factores. La forma en la que presentemos nuestros valores, productos, servicios y bondades tendrá mucho que ver no solo en la toma de decisiones de nuestros potenciales clientes, sino también en la mera imagen que reciban de nosotros. El branding para empresas es esencial para que ese mensaje se proyecte en la dirección que queremos, proyectando aquello con lo que queremos que se nos asocie y dando al mundo lo que esperamos que sepan de nosotros. 

Construir una buena reputación es una tarea faraónica. Destruirla puede ser cuestión de un solo error en apenas minutos. Piedra a piedra debemos ir fortificando la pirámide de nuestro prestigio: primero, con una base estable y sólida; posteriormente, añadiendo todos los elementos necesarios para crear una realidad de 360 grados con un propósito claro y una vía para alcanzarlo.

El branding para empresas es una tarea básica en este camino. Ya sea para negocios que nazcan y busquen definirse, o para otros que tengan una trayectoria más prolongada pero nunca se hayan preocupado por ello, el branding es toda aquella acción enfocada a crear o consolidar la marca de una empresa. Aquí van algunos consejos fundamentales de branding.

Branding no es (solo) hacerse un logo

Aunque tener un logotipo forma parte del branding, no por ir a una agencia a encargarle el diseño de un logotipo está todo el trabajo hecho. El logo es solo un elemento más de una extensa lista de acciones que pueden acometerse para tener un buen branding: manuales de identidad corporativa, señalética física en la oficina, papelería y hasta el mobiliario y la distribución de la oficina son pequeñas piedras que se suman al branding de una compañía y que, detalle a detalle, componen la imagen global.

Preocúpate también del branding interno

Al igual que el branding para empresas no es únicamente elaborar un logo, cuidar la imagen de marca no implica solo a las acciones que hacemos hacia el exterior. Cuidar a los clientes es básico, pero cuidando a nuestros trabajadores serán ellos quienes, personalmente, traspasen ese buen trato al cliente. Pequeños gestos como eventos de team building, flexibilidad, un espacio de trabajo confortable o la flexibilidad pueden considerarse también branding a nivel interno. No es tan largo el pasillo que separa los recursos humanos del marketing.

Carácter y valores por encima de productos y servicios

El branding no está enfocado a la venta directa. Salvo para empresas de venta masiva, que pueden permitirse entrar en guerras de precios y basar sus campañas (y valores) en ser más baratas que el resto, el grueso del panorama empresarial debe buscar algo que las diferencie. Y eso, exceptuando contados y exclusivos casos, está en los valores. Es probable que nuestros productos o servicios sean similares a los de otras empresas de la competencia, por lo que conseguir tener un carácter definido y una identidad potente hará que potenciales clientes nos elijan al sentirse identificados con nosotros.

Objetivos claros

Dar una imagen bonita y moderna puede parecer un objetivo suficientemente concreto, pero a la hora de desarrollar el branding para empresas conviene bajar al barro y ser más específicos respecto a la finalidad que se otorga a las acciones. Saber con qué fin hacemos las cosas ayuda a tener ideas más concretas: qué valores queremos transmitir, en qué productos queremos que repercuta y en qué plazo vamos a cumplirlo. No hay viento a favor para un barco que no sabe hacia dónde se dirige.

Minimiza errores

Un estudio de la prestigiosa universidad de Stanford, recopilado por Bloomberg en este artículo, da un dato muy elocuente sobre la dificultad de construir una marca y la fragilidad del prestigio: una empresa puede estar hasta cinco años afectada por una crisis de reputación, por mucho que haya despedido a los responsables. Es básico contar con protocolos que minimicen posibles errores: filtros internos, libros de estilo o verificaciones de al menos cuatro ojos para cualquier acción son un buen punto de partida. 

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